Un nuevo escenario…un nuevo paradigma..!

En la Argentina estamos frente a un nuevo horizonte político y económico que seguramente marcará el comportamiento del mercado y nuestra sociedad.

En las Empresas eso está provocando desorientación porque lo que antes era normal hoy ya no lo es y lo que antes sabíamos hacer bien ahora nos cuesta hacerlo.

Esta circunstancia ha generado un estrés que nos obliga nuevamente a estudiar y aprender como diseñar una estrategia diferente para enfrentar la realidad que debemos transitar…. un cambio de paradigma se está haciendo presente.

Enfrentamos desafíos nuevos y como siempre dependemos del factor humano para gestionarlo, el éxito del pasado no garantiza el éxito del presente y mucho menos del futuro, debemos sumar actores que aporten frescura, innovación y un nuevo enfoque a un negocio que continua en plena reconfiguración.

Estos nuevos intérpretes de hoy tienen demandas que hasta ahora no hemos podido detectar y por ello no logramos dar respuestas efectivas a ese fenómeno.

Hay empresas que les va bien y a otras no tanto, incluso en el mismo rubro se puede visualizar este contraste, entonces que hace la diferencia entre una y otra…?,   personalmente estoy convencido que esa diferencia la esta está marcando la gente que allí trabaja.

Esta nueva fuerza laboral “no desea más, desea mejor”, y eso se entiende por mejores jornadas y relaciones laborales, sobre todo mejor calidad de vida profesional, al fin y al cabo, es en el trabajo donde invertimos la mayor cantidad de nuestro tiempo.

Como conclusión podemos inferir que si anhelamos alcanzar las metas propuestas estamos obligados a formar y capacitar al management y los nuevos RRHH para dar respuestas a estas demandas que el mercado nos plantea.

Adaptarse no es suficiente…

4 meses atrás nos planteábamos algunos interrogantes que parecían tener respuestas cuando se comenzó a percibir el final de la pandemia y del teletrabajo para algunas actividades. 

Aunque esto no ha terminado aún, la llegada del invierno y la reducción de internaciones y casos nos permiten pensar en una relativa vuelta a la normalidad.

Lo cierto es que mientras transitamos esta realidad otro acontecimiento inesperado (la guerra en Europa) está generado desequilibrios en tema de energía y alimentos, agudizando aún más nuestros problemas como país.

A esto debemos agregar una reconfiguración de nuestro sector que nos obliga a re-aprender a gestionar nuestras estructuras porque nada va ser como era y la nueva realidad será aquella que construyamos como nuevos equipos de trabajo.

Por último, en la economía existe un rebote de la actividad por sectores pero con evidentes contrastes que nos alejan de una recuperación sólida, no hay demasiado margen para relajarse y adaptarse a los cambios parece no alcanzar, dar un paso adelante gestionando nuevos hábitos comerciales y laborales parece lo indicado para atravesar el Contexto.

Hemos aprendido mucho en este corto tiempo y el costo de ese aprendizaje ha sido muy alto como para no hacer uso de toda esta experiencia adquirida.

Es por ello que desde DIAXIO recomendamos revisar los planes de acción y ajustar las estrategias generando sistemas y métodos que nos otorguen la flexibilidad necesaria para poder aprovechar las oportunidades de mercado que aún existen.

Darío Aimetta – Equipo DIAXIO

Efecto Dunning-Kruger: Cuanto menos sabemos, más creemos saber

El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo según el cual individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren un sentimiento ilusorio de superioridad considerándose más inteligentes que otras personas mejor preparadas midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. 

Este sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su propia incompetencia. 

Por el contrario, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su competencia relativa, dando por sentado erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para otros.

David Dunning y Justin Kruger de la Universidad de Cornell – EEUU, concluyeron que:

“La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de su propia  capacidad y la infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás”.

Dunning y Kruger publicaron en 1999 sus conclusiones básicas de dicho estudio. Se resume que para ciertas habilidades o áreas de conocimientos los individuos incompetentes son:

  1. Incapaces de reconocer su propia incompetencia.
  2. Incapaces de reconocer las genuinas habilidades del resto.
  3. Incapaces de reconocer hasta qué extremo son incompetentes en un tema.
  4. Si se les capacita y entrena para mejorar sus habilidades, pueden reconocer y aceptar su falta de habilidades previas.

¿A qué se debe esto?

Por ejemplo, si mi ortografía es mala, el conocimiento necesario para reconocer que mi ortografía es mala  y poder corregirla es justamente saber de ortografía. 

Sólo me entero de mi incapacidad cuando alguien mejor capacitado me lo hace ver explícitamente, poniendo en evidencia el contraste entre mi mala escritura y la ortografía correcta.

 

Relación con la vida comercial de los equipos.

Lo interesante nos indican Dunning y Kruger y quizás algo peligroso, es que quienes son incompetentes, no sólo llegan a conclusiones erróneas tomando decisiones desafortunadas, sino que su propia incompetencia les impide darse cuenta de ello. 

Por lo tanto, muchas veces la culpa de nuestras desgracias no es del resto ni de la mala suerte, sino de nosotros mismos y nuestras decisiones. 

Debemos entonces hacer un sano ejercicio de autoanálisis al momento de fracasar o experimentar dificultades en nuestras actividades o proyectos, ya que todos tenemos un grado de incompetencia porque somos perfectibles y podemos mejorar siempre. Es importante trabajar en el propio orgullo de los equipos de trabajo, de modo que se abran a la posibilidad de explorar y adquirir nuevas formas de hacer bien el trabajo sin cegarse en opiniones propias y juicios de valor sobre otros. 

También en línea con eso, resulta importante no asignar intenciones a quienes nos dan su opinión, sino evaluar lo que nos dicen de la manera más objetiva posible y ver en sus reales méritos lo que nos están diciendo dejando siempre de lado nuestra opinión sobre la persona que lo dice.

Conclusiones: Lo importante es trabajar sobre nosotros mismos cada día y esforzarnos por aprender más para ser mejores,  porque al final, no son más exitosos quienes se duermen en sus propios conocimientos, sino quienes superan la propia desidia y se imponen como objetivo la mejora continua.

Darío Aimetta – Diaxio

Fuente: Wikipedia

* Dunning y Kruger ganaron el Premio Nobel del año 2000 por este descubrimiento.

EL BAMBÚ JAPONES y LOS EQUIPOS DE TRABAJO

No hay que ser agricultor para saber que una buena Cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que el agricultor no debe ser impaciente frente a la semilla sembrada y gritarle con todas sus fuerzas: »¡Crece, maldita seas!».

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en No apto para impacientes

Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un agricultor inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas, la planta de bambú crece… más de 30 metros!

¿Entonces tarda sólo seis semanas en crecer? 

No…! La verdad es que se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.

En la vida cotidiana, en la crianza de nuestros hijos,  en las Empresas y en sus equipos de trabajo, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente el resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a ver resultados a corto plazo abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo y esto puede ser extremadamente frustrante. 


En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés y no bajemos los brazos ni abandonemos por no ver el resultado esperado, ya que está sucediendo algo dentro de nosotros: Estamos creciendo y madurando.


No nos demos por vencidos, vayamos gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que nos permitirán sostener el éxito cuando finalmente éste se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo, dedicación y que requiere formidables dotes de temple y paciencia. 

Como consultora de Plan de Ahorro, en Diaxio nos especializamos en conocer el ciclo de maduración de los procesos de gestión, del aprendizaje de los equipos, de entender cuáles hábitos incorporar y cuales descartar, sabemos que cambios se deben realizar y cuando hacerlos, entendiendo siempre el contexto y los tiempos que las Empresas necesitan para ver germinar sus resultados. 

Dario Aimetta – Diaxio

Fuente: Wikipedia.